En febrero del 1982, a los ocho años, Jesusa Nsang Ona llega de Bata (Guinea Ecuatorial) a Barcelona (España) con sus dos hermanos y su tía para reunirse con su madre y su tío materno. Un cambio de continente, de vida y sobre todo, el descubrimiento de lo que ella y su familia serán entonces en esa sociedad, “los Negros” y con ello una connotación negativa manchada de racismo anti-Negros. En 1994, ella se va de Barcelona para instalarse en Ginebra dónde reside hasta hoy en día. En Ginebra, ciudad internacional, ella vive otro tipo de racismo anti-Negros, más “delicado”, más sutil pero igual de condescendiente. En este libro, a través de varios testimonios, la autora evoca algunas de sus experiencias vividas como mujer negra en Occidente, desde la infancia hasta hoy en día, sin olvidar su desgaste profesional (burnout). Da pistas de protección para las víctimas de discriminación racial. También nos ofrece su análisis de la construcción del racismo en el imaginario colectivo occidental.